miércoles, 8 de diciembre de 2010

Puntito pálido y azul

Es muy triste sentirse como estoy sintiendo desde hace unos meses. Siento como que nadie me comprende, que todo el mundo que gira a mi alrededor es incapaz de sentirse como yo pues no lo está sufriendo. Sólo tengo ganas de estar en casa, no quiero ni ver las viejas películas que tanto me animaron en su momento ni moverme al ritmo de las baladas ochenteras que tanto me gustaban. Sólo quiero estar sola, encerrada y aguantando esta tristeza que me inunda. Pero, ¿por qué? ¿que me está sucediendo? No soporto mi inestabilidad laboral, no aguanto el entorno por la crisis, ni aguanto ya el capitalismo ni nada de lo que me rodea. Me siento incompleta, triste y desolada. Es penoso ver en lo que nos estamos convirtiendo, seres que deambulan a su libre albedrío en la oscuridad sin saber que rumbo toman o hacia dónde seguir. Sólo trabajamos para pagar, ya no vivimos ni disfrutamos como antes, el mundo se está volviendo loco, es entonces cuando me planteo: ¿qué hacemos aquí? ¿a qué hemos venido? Nos autodestruimos y destruimos lo que nos rodea sin pensar en esa herencia que debemos dejar a nuestros hijos. Acabamos con los recursos, extinguimos especies por la deforestación y jugamos con la ciencia hasta límites insospechables. Ojalá parara ésta noria que gira sin cesar dentro de mi cabeza que me recuerda constantemente que debo buscar mi sitio en este universo tan caótico, dantesco y descontrolado.



La esfinge, esa gran desconocida

La esfinge, esa gran desconocida